No debe olvidarse que los que rodean a un deprimido también
sufren. Generalmente no entienden lo que está pasando, ya que aparentemente no
hay motivo para el estado del enfermo.
Es esencial, la adopción de una actitud comprensiva y
abierta, que permita que se desarrolle el diálogo y se pueda ir restableciendo
la objetividad poco a poco; recordemos que el deprimido suele tener una
especial sensibilidad para los aspectos tristes, siendo incapaz de ver los
positivos.
Es inútil pedirle a un deprimido que te explique lo que le
pasa, no podrá hacerlo, no sabe lo que le pasa. Si se insiste en ello, lo único
que se conseguirá, es convencerla más de que no se le entiende, y en algunos
casos irritarle.
No hay comentarios:
Publicar un comentario